La innovación tecnológica y la transformación digital se han convertido en retos prioritarios para todas las empresas. Así, actualmente, la inteligencia artificial (IA), objeto de fantasías y pasiones, está en el centro de todas las miradas y los gigantes de la industria no se equivocan al posicionarla en el centro de su actividad, ya se trate de Google, IBM, Apple, Microsoft, etc. porque las promesas son grandes y las expectativas son muchas.
La extraordinaria potencia de cálculo, el desarrollo de multitud de algoritmos y especialmente el aprendizaje predictivo que ofrece la IA la convierten en una herramienta imprescindible en muchos sectores de actividad y la Construcción y Obras Públicas no son una excepción.
IA y Construcción y Obras Públicas: los datos en el centro de los retos
Actualmente, la IA todavía está en una fase muy temprana y las aplicaciones concretas en el sector de la Construcción y Obras Públicas son más impresionantes en las películas que en la realidad sobre el terreno. Para desarrollar sus capacidades, la IA necesita alimentarse de datos, muchos datos... Sin embargo, el entorno de la Construcción y Obras Públicas aún está poco adaptado para captar y compartir estos datos. Muchos artesanos todavía trabajan con lápiz y papel. A esto se suma el hecho de que cada proyecto a menudo requiere una multitud de participantes -arquitectos, oficinas de proyectos, equipos pertenecientes a diferentes profesiones (albañiles, carpinteros, electricistas, etc.)- y la puesta en común de información no siempre es óptima. Sin embargo, para ser explotables, los datos deben conservarse de principio a fin y enriquecerse en cada etapa. Por lo tanto, es importante proteger esta cadena de datos, que es indispensable para la creación de aplicaciones en torno a la IA.
¿Qué datos se necesitan para la inteligencia artificial?
En el sector de la Construcción y Obras Públicas hay muchos datos, cada obra crea datos constantemente: imágenes, sonidos, videos, documentos escritos, etc. Y cuanto más variados y numerosos sean los datos recopilados, más amplio será el campo de explotación posible para una IA. Pero no se trata de recopilar cualquier dato, ni de cualquier manera. Para implementar sistemas predictivos dignos de ese nombre, es la experiencia de los actores y su conocimiento del sector lo que debe guiar la elección de los datos, ya que son los más capacitados para definir las necesidades relacionadas con un proyecto. Por último, también es importante recurrir a actores capaces establecer la comunicación entre todos los intervinientes del sector de la Construcción y Obras Públicas para permitir recabar los datos, ponerlos en común, limpiarlos y enriquecerlos para analizarlos y transformarlos en "corpus de conocimiento" estructurado y explotable.
A este respecto, las plataformas digitales de seguimiento de obras son herramientas efectivas para capturar de manera estructurada los distintos datos necesarios para la implementación de algoritmos predictivos. Por ejemplo, la plataforma Finalcad One permite recopilar, desde dispositivos móviles (smartphones, tablets) y de forma estructurada y explotable, una gran cantidad de información sobre el desarrollo y el progreso de diversos procesos y operaciones en las obras, en las diferentes fases de ejecución. El motor de formularios permite, en particular, crear todo tipo de páginas de introducción de datos y control para digitalizar los procesos relacionados con la calidad, la seguridad y la conformidad normativa de las operaciones sobre el terreno. Así, es posible consolidar la información que se trasmite en un formato estructurado, fiable, coherente entre sí y con los referenciales de la empresa. Después de su consolidación, limpieza y enriquecimiento, esta información puede alimentar sistemas de reporting y Business Intelligence, pero también permitir la implementación de algoritmos predictivos que repercuten directamente en la eficiencia operativa de las empresas de Construcción. Así pues, al digitalizar sistemáticamente la trasmisión de datos desde el terreno, las tecnologías predictivas pueden, por ejemplo, ayudar a:
- Realizar modificaciones automáticas en los planos digitales para facilitar su uso sobre el terreno y en dispositivos móviles (modificación de los colores, de los niveles de contraste, corte/zonificación automatizada, etc.)
- Prever las necesidades de materiales y las probables derivas para planificar mejor los suministros y evitar rupturas en la cadena de suministro,
- Identificar las causas más probables de los accidentes según las características de las obras y aplicar las medidas para evitarlos,
- Anticiparse a probables incumplimientos de determinadas obligaciones legales o normativas para protegerse frente a ellos,
- Anticiparse los defectos recurrentes en la fase de OPR/recepción para prever la planificación de los equipos y los presupuestos en consecuencia,
- Dirigirse hacia el mantenimiento predictivo una vez que un edificio u obra haya entrado en su fase de explotación.
La IA abre muchas posibilidades para la construcción y no faltan ideas
Aunque la IA es, ante todo, un medio al servicio de la mejora de la productividad y la eficacia de las empresas, sus aplicaciones pueden ser numerosas en todas las etapas de un proyecto: desde el diseño de los planos hasta la gestión de un edificio pasando por alertas sobre riesgos potenciales (accidentes, retrasos, etc.), la traducción de instrucciones en tiempo real, el acta de una reunión, la gestión de agendas, etc. Sin embargo, hay que insistir en el hecho de que todas estas innovaciones dependen en gran medida de la digitalización de los distintos equipos que permiten recuperar y compartir datos. Con la aceleración de la digitalización del sector de la Construcción y Obras Públicas, se abre ante sí todo un campo de posibilidades. Dos ejemplos de aplicación concreta de la IA en el sector de la Construcción:
Mejorar la seguridad en las obras
Las obras son entornos de trabajo especialmente peligrosos. Para mejorar la seguridad de los trabajadores y evitar accidentes, la IA tiene un auténtico papel que desempeñar. Por ejemplo, puede permitir señalar situaciones peligrosas y mejorar así la anticipación de los riesgos. Al recopilar y poner en común, en tiempo real, datos relacionados con la obra, las actividades de los empleados y las máquinas in situ, la previsión meteorológica, etc., en particular gracias a objetos conectados como drones o sensores IoT, la IA permite analizar el entorno de trabajo y dar la alerta en caso de problema, ayudando así a los empleados a trabajar de manera más eficiente y segura.
Reforzar la productividad
Para reforzar la productividad en una obra, se pueden contemplar varias pistas gracias a la IA. Por ejemplo, se puede utilizar la maquinaria de construcción autónoma para realizar tareas repetitivas. También es posible optimizar los recursos o automatizar determinadas tareas mediante la agrupación de los datos de una obra. Sin embargo, cabe destacar que hoy en día, todas las aplicaciones relacionadas con la IA siguen siendo completadas y/o controladas por el ser humano.
La IA y el miedo a lo desconocido
Aunque la IA es muy prometedora, el miedo a lo desconocido está haciendo que se levanten voces contra esta nueva tecnología: ¿las máquinas reemplazarán a los humanos y les quitarán su trabajo? ¿Qué pasa con la protección de los datos personales? Y por último, ¿qué impacto tiene en el medio ambiente esta tecnología que consume gran cantidad de energía?
Las preguntas son muchas, por lo que el éxito del despliegue de la IA en el sector pasará por una evolución de mentalidad para adaptarse a los retos del mundo actual, ligados a una mejor calidad de vida.
Sí, la IA permitirá que la máquina sustituya a los humanos para determinadas tareas pero evitando el peligro y la penosidad. Sí, probablemente sustituirá algunos puestos de trabajo, pero también creará otros. Sí, se necesitarán cada vez más datos para alimentar la IA, pero los Estados deben reforzar aún más la protección de estos datos, en particular los personales. Y, por último, sí, la IA consume mucha energía para los cálculos y el almacenamiento de datos. Por lo tanto, será necesario realizar arbitrajes inteligentes y responsables para implementar sólo soluciones que satisfagan una necesidad real, para evitar el desperdicio de energía.
La IA está en sus inicios, pero ya se están estudiando multitud de aplicaciones y están surgiendo las primeras aplicaciones concretas en el sector de la Construcción y Obras Públicas. Está a punto de revolucionar el mundo de la Construcción ofreciendo un entorno de trabajo más agradable y seguro, pero también contribuyendo a una mayor eficiencia y una mejor productividad. La era de las "obras aumentadas" y del "artesano aumentado" ha llegado, y probablemente esto no haya hecho más que empezar...
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