El 26 de abril de 2018, el gobierno francés publicó su Plan Nacional para la Renovación Energética de Edificaciones, dirigido en ese entonces por Nicolas Hulot.
Es decir, para el año 2025, la renovación de 7 a 8 millones de viviendas consideradas como «coladeros energéticos», así como la eliminación de 1,5 millones de viviendas poco eficientes (clase energética F y G).
Para cumplir con estos objetivos, se debió (desde 2017) y se deberá mantener una tasa de renovación de 500.000 viviendas por año. ¡Hagamos un balance de su progreso!
14 mil millones de euros, de los cuales 1.800 millones iban destinados para edificios públicos, fue el importe otorgado el año pasado para lograr los objetivos de renovación energética establecidos por el Plan Nacional para la Renovación Energética de Edificaciones, proyecto ambicioso que se posiciona en línea con las disposiciones de la Ley de Transición Energética de 2015. Sin embargo, aún no se ha logrado la meta de 500.000 viviendas renovadas. En poco más de un año, se han realizado entre 310.000 y 340.000 renovaciones. Por lo tanto, para acercarse lo máximo posible a los objetivos, el gobierno decidió rebajar sus pretensiones a través de una nueva Ley sobre la Energía y el Clima, aprobada el pasado junio por la Asamblea Nacional.
¿Su objetivo? Aumentar el número de solicitudes de obras por parte de personas físicas. Un plan B que debería permitir poner fin a las viviendas de alto consumo energético, fomentando al mismo tiempo la construcción de edificios de clase A y B.
La Ley de la Energía y el Clima: una nueva rampa de lanzamiento para la renovación energética de las edificaciones
Esta atractiva nueva ley, prevé aumentar las subvenciones para ofrecer un incentivo a las familias desfavorecidas. En la práctica:
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- -El Crédito del impuesto para la Transición Energética (CITE) será reemplazado una bonificación otorgada al final de los trabajos de renovación
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- - Se extenderán las subvenciones de la Agencia Nacional para la Mejora del Hábitat (ANAH, por sus siglas en francés).
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- El Diagnóstico de Rendimiento Energético (DPE, por sus siglas en francés), cuya revisión está programada para 2021, incluye varias medidas que ya se han votado y que, una vez más, deben animar a las personas a renovar:
- - Los futuros compradores o inquilinos deberán recibir una estimación cuantitativa del consumo de energía de la vivienda (gas y electricidad) además del DPE.
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- -Deberá llevarse a cabo una auditoría energética (si la vivienda se considera de alto consumo energético). Deberá ir acompañada de propuestas de reformas, sus costes y el nivel de ahorro energético previsto.
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- -Se animará a los propietarios a realizar trabajos para mejorar la eficiencia energética de sus viviendas; de lo contrario, no podrán revalorizar los alquileres.
Una nueva ley que, según las previsiones del gobierno, debería reducir el consumo final de energía de las edificaciones en un 20% para 2030, con un primer escalón del 7% para 2023. Nota: la eliminación de los «coladeros térmicos» se retrasa para el año 2028.
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