No pasa una semana sin que un artículo ponga de relieve los retos a los que se enfrenta el sector de la construcción en términos de productividad. La evolución de los últimos 10 o 20 años, las comparaciones con otros sectores de actividad, las comparaciones entre países... los observadores compiten con cifras para esbozar un panorama pesimista de la situación del sector en la materia.
Tomemos por ejemplo estas 2 estadísticas que son bastante representativas de la forma en que se analiza la productividad en la Construcción:
● Un descenso acumulado de la productividad del 19 % desde 2001.*
● Un diferencial de productividad acumulado del 127 % respecto a la Industria desde 1995.*
Si estas cifras tienen como objetivo apelar a la necesidad de que el sector explote nuevas fuentes de productividad, cabe preguntarse igualmente si reflejan la realidad de los actores de la profesión. ¿Es posible medir la productividad de una obra de la misma forma que en la industria y tiene algún sentido comparar las cifras de dos entornos tan diferentes en su forma de trabajar? Un criterio primordial que parece a menudo infravalorado en los análisis realizados sobre la materia: el carácter ÚNICO del negocio de la Construcción.
¿Cuáles son las características que diferencian al sector de la construcción y cómo podemos aprovechar la tecnología digital para aumentar la productividad durante la fase de ejecución de un proyecto?
Para empezar, cada equipo es único en un proyecto de construcción.
Mientras que en la industria los equipos permanecen estables a nivel global a lo largo del tiempo, lo que permite repetir y optimizar los métodos y procesos, en la construcción los equipos están formados por diferentes empresas que se reúnen in situ, a menudo por primera y quizás última vez, y solo se reúnen mientras se desarrolla un proyecto común. Se podría decir que se trata de un equipo de duración determinada.
Es difícil aplicar la lógica de la industrialización y la optimización en términos de productividad cuando las interacciones sobre el terreno se limitan a unos días, unas semanas o, como mucho, unos meses. Solo por esta razón, las comparaciones con la industria sobre la evolución de la productividad parecen algo sesgadas.
Uno de los retos de la mejora de la productividad en el sector de la construcción es, por tanto, lograr establecer una colaboración instantánea entre personas que no están acostumbradas a trabajar juntas. Esto puede lograrse proporcionando a los equipos sobre el terreno soluciones digitales de colaboración que permitan a todos comunicarse más fácilmente con todos los participantes en un proyecto. Lo ideal es que las soluciones se inspiren en las aplicaciones "de consumo" más utilizadas
en términos de experiencia de usuario para evitar las reticencias de los equipos y garantizar la máxima aprobación. La ergonomía y la facilidad de uso resultan cruciales para la adopción de soluciones digitales por parte de los equipos en las obras. De hecho, estos equipos rara vez están equipados con los terminales de última generación, trabajan en situaciones en las que el uso de un teléfono o una tableta no es necesariamente sencillo y, a menudo, no son los que se sienten más cómodos con las herramientas digitales.
Cada proyecto de construcción es también un "ejemplar único".
El pliego de condiciones, los objetivos que se persiguen, pero también las limitaciones que hay que gestionar para la construcción de un hotel de 4 estrellas en el centro de una gran ciudad y la construcción de un hipermercado en una zona de actividad comercial a las afueras de la ciudad son muy diferentes. Por lo tanto, los equipos, aunque estén formados por algunas empresas en común, no trabajarán de la misma manera ni abordarán estos dos proyectos de forma similar. La construcción de cada edificio, cada estructura o cada infraestructura es, por tanto, un acto único, basado en un enfoque más "prototípico"
que industrial. Por eso sigue resultando complicado intentar industrializar la forma de trabajar en las obras y, sobre el terreno, la creatividad y la adaptabilidad siguen siendo los conceptos clave. Los equipos tienen que reinventar cada día la forma de desarrollar sus tareas, responder a los imprevistos y corregir los errores. Todo ello, por supuesto, cumpliendo los requisitos de calidad, seguridad y eficacia exigidos por la empresa y sus clientes.
Las soluciones digitales son actualmente una de las formas más eficaces de apoyar esta exigencia de creatividad en el día a día. En primer lugar, pueden permitir que el personal operativo comunique más fácilmente la información procedente del terreno, sobre todo si se observan puntos de bloqueo, defectos o desviaciones. En segundo lugar, pueden ayudar a facilitar los intercambios con las personas adecuadas, incluso las que están lejos de la obra, a fin de encontrar soluciones para resolver o sortear los problemas encontrados.
Por último, el contexto de cada proyecto es único.
Las condiciones en las que se desarrolla un proyecto de construcción nunca son las mismas de un proyecto a otro. Pero a menudo, también fluctúan en un mismo proyecto. ¿Cómo es posible cumplir el calendario y aspirar a una mayor productividad cuando la obra está sujeta a los caprichos del tiempo, o cuando los problemas administrativos, los robos o los daños ralentizan el avance de los trabajos? Por otra parte, existen pocos sectores en los que los actores estén sometidos a semejante diversidad de condicionantes para llevar a cabo su misión: trabajar en un entorno abierto, en altura, bajo tierra, en un entorno aislado, en un entorno urbano... tantos contextos diferentes que hay que tener en cuenta en términos de seguridad, legislación o logística que, una vez más, dificultan la aplicación de los modelos industriales a los proyectos de construcción.
Por tanto, los equipos se ven obligados a ser flexibles y deben poder contar con herramientas digitales que les permitan adaptarse rápidamente a estas limitaciones de ejecución de "geometría variable". La necesidad de cambiar de equipo, de implicar a nuevos socios comerciales, de compartir nuevos documentos, de utilizar una nueva versión de los planes, de aplicar nuevos procedimientos, de tener en cuenta una nueva restricción legal: nada de ello ha de frenar la actividad del proyecto ni ha de repercutir en la productividad. Por lo tanto, las empresas que deseen confiar en las soluciones digitales para mejorar la productividad deben centrarse en soluciones que permitan la máxima personalización y ofrezcan la máxima autonomía en este sentido.
Las soluciones digitales son, por tanto, las mejores aliadas de los profesionales de la Construcción que desean conservar los márgenes de sus proyectos, o incluso ganar algunos puntos de productividad en la fase de ejecución de la obra. ¿Cuál es la clave del éxito? Implantar soluciones personalizables y móviles que tengan en cuenta las especificidades del sector de la construcción y ofrezcan una experiencia de usuario que facilite que el mayor número posible de personas adopte las soluciones digitales. La adopción de la tecnología digital por parte de los equipos de obra ha mejorado en los últimos años y está previsto que se acelere en el futuro: dentro de dos años, los aprendices que trabajen en las obras habrán nacido... ¡después del primer iPhone!
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Sébastien Dumas Chief Marketing Officer |
* : fuente XERFI - Observatoire Construction Tech | 2018 Observatoire Construction Tech