Calificada como la "obra del siglo", el aseguramiento y, después, la restauración de la catedral, prometían ser complejos inmediatamente después del devastador incendio de 2019. Inicialmente, la prioridad era consolidar las partes que amenazaban con colapsar y desmontar el andamiaje de las obras anteriores. Esta etapa acaba de concluir y finalmente podrá comenzar la fase de restauración.
Para que Notre-Dame de París recupere su esplendor lo antes posible, el uso de las nuevas tecnologías ha desempeñado y desempeñará un papel fundamental. Hoy le invitamos a abordar la situación actual de las obras y cómo las tecnologías digitales más recientes están ayudando a llevar a cabo este proyecto histórico.
15 de abril de 2019: Notre-Dame de París es arrasada por un incendio de una intensidad inusual. Mientras se realizaban las obras de restauración, la catedral gótica, de más 850 años de antigüedad, fue devastada por un violento incendio. Perdió su aguja, su tejado, su reloj y parte de su bóveda, arrasados por las llamas, lo que creó una ola de emoción en todo el mundo.
En la madrugada del 16 de abril, finalmente se controló el incendio y la catedral seguía en pie, pero las obras para asegurar y restaurar el edificio iban a ser de gran amplitud. El deseo de Emmanuel Macron de reabrir el lugar en 2024 desconcertó a los profesionales del sector, por razones económicas, por supuesto, pero también por la escasez de artesanos en Francia y en el resto de Europa.
Una obra colosal que moviliza múltiples competencias
Al día siguiente del incendio, se iniciaron las obras de aseguramiento y consolidación de esta joya de la arquitectura gótica, imprescindibles antes de la fase de reconstrucción.
Esta primera fase permitió, en particular, el desmontaje del andamiaje que se encontraba en el lugar durante el incendio, la retirada del gran órgano, los trabajos de prueba de limpieza en dos capillas, la instalación de cimbras de madera bajo los arbotantes e incluso el desescombro y la clasificación de los restos y el aseguramiento del crucero. Movilizó muchos sectores profesionales y conocimientos, como cantería/albañilería, escultura, vidriería, carpintería, techado, carpintería interior, cerrajería, herrería, pinturas murales, metal, limpieza de plomo y sujeciones de plomo y andamiaje.
Esta gran variedad puede explicarse por la amplitud de la obra y las diferentes complicaciones que ha experimentado desde el siniestro.
La tecnología al servicio de la obra
Es un hecho que si el incendio que destruyó el tejado de Notre-Dame se hubiera producido diez años antes, no es seguro que la catedral siguiera existiendo: la tecnología intervino como apoyo desde los primeros minutos de la catástrofe y, desde entonces, ha acompañado a los equipos operativos en todo momento.
Nada más declararse el incendio, la Prefectura de policía desplegó en el cielo de París varios drones equipados con cámaras. Las imágenes del incendio "vistas desde arriba" se transmitieron al Cuartel General de bomberos para conocer mejor los daños y, sobre todo, la propagación del fuego, para ajustar la respuesta operativa de los equipos en la plaza. Una visión general imposible de obtener de otra manera que no fuera utilizando drones...
Sobre el terreno, los bomberos de París desplegaron un robot de extinción dentro de la nave, tanto para extinguir el incendio como para bajar la temperatura en el edificio. Controlado a distancia y gracias a sus orugas, Colossus -así se llama- fue capaz de atravesar escombros y obstáculos para llegar al corazón del incendio, arrastrando hasta 250 m de mangueras llenas de agua.
Por supuesto, el trabajo de los drones y los robots no se detuvo una vez que se extinguieron las llamas y se siguió recurriendo a estos aliados digitales durante la fase de aseguramiento de la catedral. En los días inmediatamente posteriores al incendio, el techo podía desplomarse en cualquier momento y los equipos no podían circular por el interior de Notre-Dame. Por ello, se utilizaron drones para hacer un balance en imágenes de la situación de la catedral y cartografiar los lugares en 3D.
Varios meses después, la bóveda seguía amenazando con colapsar y algunas zonas seguían sin ser accesibles. Se utilizaron 4 robots para ayudar a retirar los escombros del edificio. Estos robots se montaron sobre orugas, se controlaban a distancia y su equipamiento se adaptó a esta obra única: una cuchara prensora para el transporte de los fragmentos de piedra y madera más pesados y voluminosos, unas cizallas para cortar los andamios metálicos o incluso una barredora para limpiar las superficies desescombradas.
Para que las distintas profesiones trabajen juntas en modo colaborativo y en condiciones óptimas de seguridad, dadas las dimensiones y particularidades de la catedral, los equipos de las numerosas empresas que participan en el aseguramiento de Notre-Dame también utilizan herramientas digitales.
En primer lugar, para ayudar a las profesiones que trabajan en la obra, se creó un modelo BIM ("Building Information Modeling"). Este gemelo digital se basa en un modelo previo al incendio digital 3D, enriquecido con lecturas realizadas después del incendio, particularmente con más de 40.000 fotos/imágenes térmicas y 400 planos panorámicos de alta precisión tomados por drones. Esta base de datos colaborativa y evolutiva permite que los actores de la obra se beneficien y compartan en tiempo real toda la información necesaria para el correcto desarrollo de las operaciones.
Algunos participantes también utilizan soluciones digitales, móviles e innovadoras. Este es el caso de los equipos de Jarnias. La empresa, líder francés en trabajos en altura para grandes proyectos de construcción, llegó al lugar pocos días después del incendio. Su misión era ayudar a evacuar los escombros en altura (una operación especialmente delicada debido a la fragilidad de la catedral) e instalar redes de seguridad para evitar las caídas de objetos. También se desplegaron lonas para proteger el edificio de la lluvia. Por último, durante esta primera fase de aseguramiento, Jarnias también se dedicó a desmontar los andamios calcinados
Para ayudar a sus equipos a trabajar en proyectos tan prestigiosos, complejos y exigentes como el de Notre-Dame de París, Jarnias ha elegido la plataforma de seguimiento de obras de Finalcad: una plataforma colaborativa dedicada a los profesionales de la construcción, la reforma y el mantenimiento que les permite optimizar los plazos, los costes y la eficacia de las operaciones in situ, en particular gracias a la posibilidad de colaborar en tiempo real, a través de dispositivos móviles y en condiciones difíciles, por ejemplo cuando los equipos están suspendidos a varios metros del suelo.
¿Cuál es el estado actual de la obra?
Más de dos años después del incendio, siguen llegando donaciones para financiar las obras. El general Jean-Louis Georgelin, presidente de la Institución pública encargada de la restauración de Notre-Dame, anunció que ya se habían recaudado 840 millones de euros.
Con motivo del "Village des métiers" instalado en la plaza de la catedral durante las 38ª Jornadas Europeas del Patrimonio, el pasado 18 de septiembre, declaró: "Hoy [...] hemos terminado la fase de consolidación de Notre-Dame, que ya no corre peligro de derrumbarse, y entramos en la fase de restauración y reconstrucción propiamente dicha". También anunció que Notre-Dame de París se reabriría al culto en 2024.
La Institución pública se prepara ahora para lanzar licitaciones de obras para seleccionar las empresas que participarán en la restauración prevista para finales de año.
Por supuesto, en esta nueva fase de reconstrucción, la tecnología digital volverá a desempeñar un papel fundamental:
1) Para facilitar la colaboración entre los artesanos de las distintas profesiones de la construcción implicadas. En este tipo de obras, que duran varios años, la tecnología digital contribuye a la puesta en común de información entre equipos particularmente numerosos que, por lo general, nunca han trabajado juntos.
2) Para permitir una mayor adaptabilidad y creatividad para esta obra única. La topología de la obra es atípica y existen muchas limitaciones relacionadas con la preservación de lo existente en la catedral. Deberán adaptarse los métodos, las herramientas y las prácticas que se utilicen y no serán los mismos que en una obra nueva o de rehabilitación clásica. Así, por ejemplo, en este entorno "restringido", el trabajo se realizará a partir de planos desmaterializados en lugar de planos en papel para un gran ahorro de espacio y tiempo, y un aumento considerable de la eficacia.
3) Para respetar los plazos anunciados para la reapertura de la catedral al culto en 2024.
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